Alrededor de los Andes existe gran diversidad geográfica, diferentes altitudes donde se cultivan frutas y verduras y las aguas frías del Pacífico, que se convierten en un hábitat perfecto para mariscos y pescados, igual en los ríos de la sierra y la selva peruana. Por eso la dieta andina es sana y sostenible. Más de 500 años después, los andinos siguen regalándose alimentos nutritivos y deliciosos a través de su dieta. La diversidad gastronómica de la zona se basa en otra diversidad, la geográfica.

Alrededor de la cordillera de los Andes existen diferentes altitudes donde se cultivan frutas y una gran cantidad de verduras. Estas diferencias en la altura sobre el nivel del mar provocan que haya varios tipos de microclimas en la zona y, con ellos, tierras que pueden cultivar una amplia gama de materias primas. Hoy en día, la dieta andina sigue estando entre las más saludables y sostenibles que existen. La quinoa, la kiwicha, la cañihua y el tarwi, entre otros, son capaces de combatir la desnutrición. Estos cuatro cultivos constituyen el mejor ejemplo del enorme potencial peruano en diversidad alimentaria

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